El LIBOR se introdujo en 1969, cuando uno de los primeros préstamos sindicados de 80 millones de USD se vinculó al LIBOR (fuente: Reuters, agosto de 2012). Durante décadas, el LIBOR y otros tipos de oferta interbancaria (IBOR) han servido como un conjunto eficiente y efectivo de tipos de interés de referencia, reflejando el tipo de interés de los préstamos interbancarios no garantizados de los bancos del panel designado. A escala mundial, más de 400 billones de USD teóricos en derivados, préstamos y otros productos financieros se basan en los IBOR (fuente: BIS Quarterly Review, marzo de 2019). Los IBOR también están integrados en muchos procesos financieros, incluyendo valoraciones y gestión de riesgos.
Tras la crisis financiera, el número de transacciones en el mercado interbancario se redujo considerablemente. Esto planteó interrogantes sobre la sostenibilidad del marco del LIBOR.
Finalmente, en 2017, la Financial Conduct Authority del Reino Unido anunció que dejaría de obligar a los bancos del panel a seguir realizando contribuciones al LIBOR más allá de 2021. A partir de entonces, los debates sobre la transición del LIBOR progresaron rápidamente y los actores del mercado comenzaron. La transición hacía el métodos alternativos cuyo objetivo es dar un soporte sólido y duradero a mercado financieros.