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Investigación del CIO

México: Desafíos a corto plazo y oportunidades a largo plazo en un mundo fragmentado

La política económica de México y su relación con Estados Unidos reconfiguran las perspectivas económicas del país.

09 may. 2025

México enfrenta un entorno desafiante ante la posible desaceleración en E.E.U.U. y políticas internas restrictivas. Sin embargo, el país podría fortalecerse como un factor clave en un contexto global más proteccionista, consolidando su papel en el comercio y la inversión regional.

Puntos en destaque
Visión económica y estratégica
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Un año difícil

México se enfrenta a un año difícil, con una probable contracción de la actividad económica impulsada por la desaceleración del crecimiento estadounidense, las estrictas políticas fiscales y monetarias y la persistente incertidumbre externa.

Oportunidades

A pesar de las adversidades, los fuertes lazos comerciales de México con EE. UU. y su creciente papel en las cadenas de suministro regionales podrían ofrecer oportunidades a largo plazo a medida que aumenta el proteccionismo mundial.

Resiliencia local

Esperamos que el peso mexicano y la renta variable local mantengan relativamente su solidez, incluso en un contexto de volatilidad a corto plazo.

Visión económica y estratégica

Una desaceleración sincronizada

La economía mexicana muestra cada vez más signos de fatiga, con una desaceleración del crecimiento en los principales sectores. Ahora esperamos que el PIB se contraiga un 0,7% en 2025, ya que el país se enfrenta a una dura combinación de políticas fiscales y monetarias restrictivas, una menor confianza de los consumidores y la continua incertidumbre mundial.
Como economía muy abierta, donde las exportaciones — la inmensa mayoría de las cuales se dirigen a EE. UU.— representan alrededor de un tercio del PIB, México es muy vulnerable a una desaceleración mundial y a la persistencia de las tensiones comerciales. Si bien México ha evitado hasta ahora lo peor de los aranceles estadounidenses, la continua fragmentación del comercio enturbia las perspectivas.
La suerte de México está estrechamente ligada a la de Estados Unidos. Si la economía estadounidense se desacelera, sobre todo debido a la escalada de las disputas comerciales, los retos de México se intensificarán. Aunque el acercamiento de la producción o «nearshoring» sea prometedor a largo plazo, sus beneficios tardarán en materializarse y no bastarán para compensar las adversidades para la economía a corto plazo.

Persisten los obstáculos fiscales

La situación fiscal de México sigue lastrando sus perspectivas económicas. El lento crecimiento está dificultando el cumplimiento de los objetivos fiscales de este año, en particular la reducción del déficit del 5,7% del PIB en 2024 al 4%. Para ayudar a conseguirlo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ya ha realizado importantes recortes de gasto, sobre todo en gastos operativos, durante los primeros meses del año.
La buena noticia es que México está dando prioridad a la estabilidad fiscal, aunque ello implique un menor crecimiento a corto plazo. Sin embargo, las perspectivas siguen siendo inciertas. Si el crecimiento mundial se desacelera aún más, lo que probablemente se traducirá en una bajada de los precios del petróleo, la empresa petrolera estatal, Pemex, podría enfrentarse a tensiones financieras mayores, lo que ejercería una presión adicional sobre las finanzas públicas.
Para superar estos retos, México se beneficiaría de la aplicación con éxito de su «Plan México», recientemente presentado por la presidenta Sheinbaum, una estrategia industrial que fomenta una mayor participación del sector privado. Esto es muy importante dada la limitada capacidad del gobierno para apoyar la economía a través del gasto público. No obstante, para atraer la inversión privada será necesario que México refuerce el Estado de Derecho y cree un entorno empresarial más predecible, ámbitos en los que persisten preocupaciones.

Pemex: Debilidad permanente

Pemex sigue siendo un riesgo persistente para las finanzas de México. Años de inversiones insuficientes, incertidumbre política y gobernanza deficiente han hecho que la empresa dependa de la ayuda pública.
Su elevado endeudamiento y su flujo libre de caja negativo, sobre todo por las operaciones de refinación deficitarias, siguen planteando riesgos fiscales que no se reflejan plenamente en el presupuesto federal.
La reciente reforma energética, aprobada a finales de 2024 y principios de 2025, pretende permitir una mayor participación del sector privado en la electricidad y los hidrocarburos. En principio, se trata de un paso positivo, sobre todo para las ramas de exploración y producción de Pemex. Sin embargo, la incertidumbre regulatoria sigue disuadiendo a muchos inversionistas, y el capital privado por sí solo no puede solucionar los problemas estructurales de Pemex. Es poco probable que la dependencia de la empresa de las ayudas públicas disminuya pronto.

Fortaleza norteamericana

Persisten las tensiones comerciales entre México y Estados Unidos, con continuas disputas sobre los derechos de agua y la venta de tomates a precios de «dumping». Sin embargo, el enfoque diplomático y conciliador de la presidenta Claudia Sheinbaum ha sido bien recibido dentro y fuera de su país. A nivel nacional, sus índices de aprobación superan el 80%. Su tono diplomático también ha contribuido a mantener una relación de trabajo con Estados Unidos.
La estrategia arancelaria estadounidense favorece cada vez más a los socios regionales. La mayoría de las mercancías comercializadas en el marco del T-MEC siguen disfrutando de un trato preferencial. Esta dinámica de «Fortaleza Norteamericana» anima a las empresas a cumplir las normas del T-MEC para evitar aranceles más elevados. El «Plan México» está bien alineado con este cambio, pues pretende impulsar el contenido nacional de las exportaciones mexicanas y profundizar la integración con Estados Unidos.
Esto podría ayudar a atraer más inversión extranjera, sobre todo a medida que aumenta el proteccionismo mundial.
La cooperación contínua en cuestiones como la migración y el tráfico de fentanilo también puede ayudar a México a negociar mejores condiciones, con la posibilidad de suavizar algunos aranceles antes de la revisión del T-MEC en 2026.

La política monetaria cambia al desacelerarse el crecimiento

Con una inflación relativamente contenida y un impulso económico que se desvanece, los argumentos para recortar las tasas de interés en México son cada vez más sólidos.
La inflación general se ha mantenido por debajo del 4% durante tres meses, lo que aumenta la confianza en que las presiones sobre los precios están remitiendo. Esperamos que la inflación termine 2025 en el 3,8%, dentro del rango objetivo de Banxico, favorecida por la menor demanda interna.
En este contexto, prevemos que Banxico reduzca su tasa de interés oficial del 9,0% al 7,0% a finales de año. Esto marcaría un cambio hacia una política acomodaticia tras años de política restrictiva. Dado que es probable que los recortes de tasas en México superen a los de EE. UU., la brecha entre las tasas mexicanas y estadounidenses podría reducirse, lo que reduciría en parte la ventaja de carry del peso.

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