Investigación del CIO
El rumbo de Venezuela tras el chavismo
Una mirada a los riesgos y desafíos que enfrenta el renacer económico del país.
Exploramos cómo podría transformarse la economía venezolana ante una eventual transición política que suponga el fin del chavismo y apertura de mercados. Descubra las oportunidades, los riesgos, y el posible papel del país fuera del ámbito petrolero.
Temas principales
Oportunidades
La transición de Venezuela para abandonar el chavismo podría abrir importantes oportunidades, dadas sus vastas reservas de petróleo y su economía sumamente desaprovechada.
Estabilidad
Restablecer la estabilidad exigiría una inversión y un tiempo considerables. La recuperación de la producción petrolera y del PIB hasta los niveles de 2013 probablemente requeriría al menos una década, pero lo más probable es que se necesiten 15 años.
Incertidumbre
La persistente incertidumbre política y una reestructuración de la deuda extremadamente compleja aconsejan, en nuestra opinión, mantener una actitud cautelosa con respecto a los bonos venezolanos.
Un posible futuro para Venezuela
- Venezuela ocupa un lugar más destacado en los titulares de los medios de comunicación estos días, dada la postura agresiva del gobierno de Trump hacia el país y la concesión del Premio Nobel de la Paz a la líder de la oposición María Corina Machado.
- Aunque sigue siendo increíblemente difícil predecir la probabilidad de un cambio de régimen político en Venezuela, hemos querido hacer un ensayo mental sobre lo que sucedería si el país abandonara el chavismo y se acercara más a los sistemas políticos más constructivos de los que disfrutan actualmente sus vecinos de la región.
- En tal escenario, en el que ya no existe un régimen autocrático, lo primero que debemos debatir es qué pasaría con la industria petrolera.
- La relación del país con el petróleo se remonta a los indígenas warao del delta del Orinoco, que utilizaban el alquitrán oscuro para cubrirse el cuerpo y protegerse de los mosquitos, entre otras cosas. Su relevancia, sin embargo, se disparó en la década de 1920, cuando se hicieron importantes descubrimientos y la inversión estadounidense impulsó el sector.
- ¿Cuánto petróleo tiene Venezuela? Mucho. El presidente Hugo Chávez convirtió en una prioridad la certificación de la cantidad de petróleo que hay bajo el suelo del país. Resulta que las reservas de petróleo del país, según las mediciones realizadas a principios de la década de 2010, rondan los 300.000 millones de barriles, una cifra que supera a la de Arabia Saudita.
- Sin embargo, es importante señalar que Venezuela no tiene el petróleo blando, dulce y líquido del Medio Oriente. Se asienta sobre depósitos del tipo pesado y espeso, que solo pueden refinarse en lugares concretos. Antes de la imposición de sanciones, el crudo venezolano solía cotizar con un descuento de entre el 10% y el 15% con respecto al WTI.
- El problema es que, debido a que la empresa petrolera estatal PDVSA ha sido mal gestionada durante décadas, y a causa de las sanciones y otras muchas carencias —entre ellas, la falta de personal calificado—, la capacidad del país para extraer petróleo es actualmente solo un tercio de lo que era antes de la era Chávez. Más concretamente, según los últimos datos de la OPEP, Venezuela produce alrededor de 1,0 millones de barriles, frente a los 3,4 millones de barriles que producía en 1997. No hay que olvidar que, como señala a menudo el expresidente de PDVSA, Luis Giusti, en su día hubo planes ambiciosos para que el país alcanzara los 6 millones de barriles diarios.
- En una Venezuela más abierta a los mercados, creemos que las empresas mundiales se apresurarían a participar para ayudar a mejorar la producción petrolera. Esto se debe a los bajos requisitos de inversión del país —la extracción de petróleo cuesta solo entre 20 y 30 USD por barril— y a la ventajosa ubicación geográfica de Venezuela para exportar a las refinerías de la costa del golfo de EE.UU. y a los clientes europeos. El experto petrolero venezolano Francisco Monaldi cree que Venezuela podría aumentar la producción de petróleo en 200.000-250.000 barriles diarios al año, suponiendo que no haya sanciones de EE.UU. y que se realicen cuantiosas inversiones anuales (más información a continuación).
- Las estimaciones anteriores, todas ellas dependientes del contexto de los precios del petróleo, eran más conservadoras y sugerían que el aumento de la producción podría ser del orden de los 100.000–200.000 barriles al año. En un escenario conservador, obtener un millón de barriles adicionales llevaría de cinco a diez años, y volver a la cota de los 3 millones de barriles diarios podría tardar unos 15 años. Esto sería positivo para el suministro mundial de petróleo, la rentabilidad de determinadas empresas petroleras y la seguridad energética del continente americano. Sin embargo, debemos tener claro que esto tardaría mucho tiempo en materializarse y que se enfrenta a enormes riesgos de ejecución.
- En términos más generales, Venezuela es un terreno fértil para lo que venga después, precisamente porque muchas cosas han desaparecido. El largo período de aislamiento y la agitación económica del país hacen que la competencia sea escasa y que existan un sinfín de vacíos por cubrir. Si uno viaja por todo el país, se encontrará en una especie de película antigua en la que las ventas de automóviles se detuvieron en 2008. En medio de una grave escasez de USD, el país redujo drásticamente las importaciones, y la consiguiente hiperinflación mermó por completo la capacidad de los ciudadanos para comprar vehículos.
- ¿Sabía que los venezolanos viven en efectivo? Dada la dolarización de facto de la nación y la falta de legislación que garantice un sistema bancario de doble moneda, los venezolanos no recurren a las instituciones financieras. Su vida cotidiana está inundada de billetes físicos. Por eso, aunque hay entre 7 y 8 millones de venezolanos en el extranjero, ninguno de ellos tiene una forma fácil de enviar remesas a casa. No hay periódicos independientes, ni UBER, ni Amazon, ni Wendy's, ni mucho menos Starbucks. La gasolina sufre episodios de escasez, al igual que el gas de cocina. Por increíble que parezca, incluso los complejos turísticos del Caribe carecen de ellos.
- La cuestión es que se trata de un lienzo en blanco. En Venezuela hay sitio para todo porque actualmente hay muy poco. Por lo tanto, (1) las tasas de crecimiento del PIB real podrían ser significativas y generalizadas durante un tiempo; y (2) podría haber enormes oportunidades de negocio para las empresas locales y extranjeras, que han estado completamente bloqueadas durante la última década. Unos buenos resultados económicos también podrían animar a los que están en el extranjero a volver, lo que aumentaría aún más el interés por invertir y el dinamismo general.
Más allá del chavismo
- La falta de datos puntuales complica el cálculo de la magnitud de la contracción económica de Venezuela. Como referencia, el Banco Central de Venezuela no ha publicado cifras completas de la contabilidad nacional desde finales de la década de 2010. Según el FMI, la crisis provocó un descenso del PIB real equivalente al 75%, estimándose que la producción actual de Venezuela es solo la mitad de la que tenía a principios de siglo. Si estas cifras parecen impactantes, recuerde que al menos una cuarta parte de los ciudadanos abandonó el país en menos de 10 años.
- El enfoque más claro para medir las posibles necesidades de capital de Venezuela en un período de transición es el relacionado con el sector petrolero. De hecho, es probable que PDVSA sea la prioridad, ya que sería la forma más rápida y eficaz de empezar a producir divisas. Una vez más, según las estimaciones del Sr. Monaldi, se necesitan al menos 10.000 millones de USD de inversión al año para reactivar el sector. Es probable que este sea el límite inferior del impulso de inversión de Venezuela, el cual podría tener notables efectos multiplicadores derivados del aumento de la productividad total de los factores, a medida que la infraestructura mejore y los retornados se incorporen a la fuerza laboral.
- A modo de referencia, la literatura macroeconómica muestra que, tras el colapso de la Unión Soviética, la inversión en las economías en transición creció a tasas cercanas al 10% interanual. Teniendo en cuenta que el FMI estima el PIB nominal entre 90.000 y 120.000 millones de USD y que los niveles de inversión son probablemente mínimos, creemos que si Venezuela siguiera una trayectoria similar a la postsoviética, una inversión anual de al menos 10.000 millones de USD sería coherente con los precedentes.
- Usando las necesidades del sector petrolero como indicador de la economía en general y aplicando la relación histórica entre exportaciones y PIB (1:4), estimamos que, incluso en un escenario alcista, Venezuela tardaría al menos una década en recuperar los niveles nominales de producción de 2013, y al menos 15 años con una perspectiva más conservadora. Tras haber experimentado en carne propia las consecuencias del control estatal, los venezolanos se cuentan hoy, posiblemente, entre la población más procapitalista de América Latina.
- Uno de los principales autores de este informe es, de hecho, una de las casi 8 millones de personas que han abandonado Venezuela en los últimos 15 años. El éxodo es algo nunca visto en la historia moderna de América, y resulta especialmente llamativo si se tiene en cuenta que en el país no hubo ninguna guerra. ¿Dónde están todos esos venezolanos? En casi todas partes, pero sobre todo en las Américas. Generacionalmente, fueron los nacidos entre 1980 y 1995 los que se marcharon en mayor número durante los peores momentos de la crisis: los jóvenes, los productivos, el núcleo mismo del PIB del país. Hoy en día, es difícil encontrar un venezolano que no tenga un amigo o un pariente viviendo en el extranjero.
- En una nueva Venezuela, es probable que regrese un número considerable de emigrantes. No todos los 8 millones, por supuesto, pero sí una parte significativa. Es difícil cuantificar con exactitud el número de posibles repatriados, ya que muchos estudios sobre las diásporas se refieren a guerras, y Venezuela solo ha sufrido una debacle macroeconómica y un deterioro del Estado de derecho. Incluso si solo regresaran entre el 5% y el 10% de las personas, eso equivaldría a entre 400.000 y 800.000 individuos, una cifra comparable a la población de ciudades como Fráncfort (Alemania) o Atenas (Grecia). Es evidente que el impacto en el crecimiento podría ser enorme, ya que el país también podría aprovechar su diáspora, no solo en lo que respecta a las remesas, sino también en cuanto a conocimientos técnicos y conexiones con el extranjero.
- Para América Latina, la solución de la crisis migratoria venezolana supondría una mayor estabilidad regional y podría crear por fin un clima más propicio para el comercio y la cooperación regionales. Los problemas de Venezuela han sido durante mucho tiempo el elefante en la habitación, impidiendo cualquier alineación real entre los países de la región. Con el chavismo potencialmente detenido, podría surgir un nuevo diálogo, especialmente entre los países andinos, que han sido los principales receptores de ciudadanos venezolanos. Además, como los venezolanos son ahora la población hispana de más rápido crecimiento en EE.UU. y el principal grupo que solicita asilo político, una Venezuela estable también se ajusta bien al interés de la administración Trump de frenar los flujos migratorios hacia Estados Unidos.
- Al igual que otros países tropicales, Venezuela posee un suelo fértil para diversos productos agrícolas, ya que el sureste de la nación siempre ha sido reconocido como una región con grandes reservas de minerales críticos, como hierro, aluminio y oro. La minería ilegal, la falta de inversión extranjera y la opacidad de las autoridades locales han dificultado enormemente la cuantificación del tamaño de los posibles yacimientos. Quizás la forma más sencilla de explicarlo sea que, a pesar de los problemas que enfrenta el país, se calcula que habrá exportado unos 560 millones de USD (el 7% de las exportaciones totales) en hierro, aluminio y oro hasta 2023. Si las exportaciones volvieran a los 50.000–60.000 millones de USD de antes del colapso, estos minerales podrían alcanzar un valor de al menos los 5.000 millones de USD.
- Además, conviene recordar que Venezuela ocupa una posición privilegiada en el norte de Sudamérica, lo que la convierte en una candidata ideal para convertirse en un centro de transporte para América y Europa.
- También cabe destacar que comparte el mismo huso horario que la costa este de EE.UU., lo que da al país una ventaja adicional para futuras inversiones y prestación de servicios a Norteamérica.
- Una Venezuela más orientada al mercado probablemente reconstruiría algunos de sus vínculos comerciales históricamente sólidos. EE.UU. perdió un gran socio comercial y un aliado en materia de seguridad energética. Los países caribeños perdieron a un amigo cuyo petróleo y gas eran vitales para sus economías, así como a una ciudadanía de renta media que solía viajar y usar sus servicios. Colombia perdió una hermandad construida desde principios del siglo XIX, en los tiempos de la Gran Colombia. Además del comercio de petróleo con EE.UU., el principal socio comercial de Venezuela era Colombia.
- Bajo el chavismo, Venezuela se alineó con Rusia y China, pero estas alianzas se han tambaleado a menudo entre compromisos incumplidos y persistentes problemas políticos. Como se destaca en un reciente informe del New York Times, las preocupaciones por la estabilidad del régimen han llevado al gobierno de Maduro a ofrecer una reducción de los lazos con China, Rusia e Irán, una medida que probablemente no olvidarán esos socios.
- Históricamente, Venezuela ha tenido una orientación proestadounidense, y en una era poschavista probablemente trataría de reconstruir relaciones estrechas con Washington y restablecerse como un aliado regional sólido.
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