Mercados emergentes y sus oportunidades
Definimos qué son y por qué debemos añadirlos a la cartera
Aunque hayan representado alrededor del 70% del crecimiento mundial en 2022, los mercados emergentes aún son subrepresentados en las carteras. En este informe, explicamos cómo funcionan los mercados emergentes y por qué creemos que sus oportunidades de inversión son prometedoras.
¿Qué son los mercados emergentes?
Explore sus características, obstáculos y su alto potencial
Aunque no exista ninguna definición que encaje en todos los mercados emergentes, el grupo se caracteriza por una combinación de factores, incluyendo a mercados financieros menos desarrollados, instituciones más débiles y ciclos económicos más volátiles.
En general, los mercados emergentes tienen un ingreso nacional bruto per cápita inferior al de los países desarrollados, como Estados Unidos, Japón o Alemania. El Banco Mundial define a un país de bajos ingresos el cual tenga un ingreso per cápita de US$ 1,085 o menos; las economías de ingresos medios inferiores están entre US$ 1,086 y US$ 4,255 y las economías de ingresos medios superiores entre US$ 4,256 y US$ 13,205. En general, los mercados emergentes están agrupados en la gama de países de ingresos medios, como Brasil, Tailandia o Turquía.
Como resultado, los inversionistas deben estar dispuestos a tolerar una mayor volatilidad y riesgo para poder participar. Sin embargo, creemos que ninguna cartera equilibrada está completa sin una asignación a los mercados emergentes ya que estos activos ofrecen beneficios de diversificación y un alto potencial de rentabilidad.
Empezando por la cuestión del acceso a los mercados, los mercados emergentes son más propensos a imponer restricciones a los inversionistas extranjeros y controles de capital, lo que dificulta tanto la compra como la venta de activos. Este criterio explica por qué hay mercados de naciones sorprendentemente ricas que están en la categoría "emergente".
Aunque los gobiernos locales no impongan restricciones explícitas a la actividad financiera, la liquidez del mercado es crucial para los inversionistas internacionales que quieren ser ágiles. También en este caso, los mercados emergentes suelen tener volúmenes más bajos, causando que la venta rápida de posiciones sea más difícil y costosa.
El tamaño total del mercado es un tema crítico, ya que los mercados o valores pequeños usualmente son menos atractivos para los inversionistas internacionales. Estas inversiones no suelen afectar tanto a la rentabilidad general de la cartera y son más difíciles de monitorear.
Los cambios políticos repentinos y drásticos también pueden ser un obstáculo para poder invertir con confianza, ya que el rendimiento de las acciones o bonos puede verse perjudicado por cambios inesperados en la regulación. De la misma manera, los inversionistas piensan dos veces antes de invertir en mercados con un historial irregular de defensa de los derechos de propiedad. La calidad institucional y la liquidez son menores, mientras que los riesgos políticos son mayores. Esto generalmente se traduce en una mayor volatilidad de la clase de activos.
Entonces, ¿por qué deberíamos incluir a los mercados emergentes en nuestra cartera? Los mercados emergentes forman parte de la economía mundial, pero sus ciclos económicos no están totalmente alineados con la de los mercados desarrollados. Por ejemplo, la política monetaria en China no tiende a moverse en paralelo con la de la Reserva Federal y sus ciclos económicos no se sincronizan por completo. Esto los convierte en una valiosa fuente de diversificación.
Los mercados emergentes suelen tener un crecimiento económico más rápido, ya que pueden adaptar las mejores prácticas, tecnologías e iniciativas políticas que han funcionado en los países desarrollados para ayudar a su convergencia en el desarrollo económico. A lo largo de un periodo de inversión de 20 años, los inversionistas en bonos de mercados emergentes obtuvieron el doble de beneficios que los que se limitaron a los países desarrollados. Creemos que es probable que persistan las tendencias que han llevado a este rendimiento superior.
Confiamos que ninguna cartera equilibrada se completaría sin una asignación a los activos de mercados emergentes. La volatilidad es mayor, pero a cambio, los inversionistas tienen acceso a algunas de las partes más dinámicas y de mayor crecimiento de la economía mundial. Agregar activos de los mercados emergentes a una cartera puede mejorar la frontera eficiente de una cartera, aumentando potencialmente la rentabilidad esperada en relación con la volatilidad general.
Los inversionistas siempre se enfrentan a la cuestión de qué proporción de una clase de activo deben incluir en una cartera. Dado que los activos de los mercados emergentes – ya sean acciones, renta fija o divisas – suelen ser más volátiles, la respuesta a esta pregunta dependerá en parte de la cantidad de riesgo que un inversionista esté dispuesto a tolerar. Para una cartera equilibrada, generalmente recomendamos una asignación estratégica de alrededor del 10%, dividida entre la renta variable de los mercados emergentes y la renta fija.
Recomendamos que los inversionistas permanezcan atentos a la oportunidad de aumentar su exposición a mercados, clases de activos o valores específicos a medida que surjan oportunidades. Cada mercado emergente tiene peculiaridades que lo hacen susceptible de obtener mejores resultados en determinadas condiciones.
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