Preguntas clave para 2024

¿Cuáles son las perspectivas para los mercados de acciones y bonos?

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Nuestro análisis indica que los mercados deberían seguir creciendo en 2024 y ofrece orientación sobre cómo gestionar sus inversiones.

26 ene. 2024 4 minutos de lectura

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Mercados de Acciones y Bonos en 2024

Las estrategias necesarias para navegar los desafíos geopolíticos y el ciclo de tasas en evolución

Preguntas clave para 2024

En los últimos dos meses de 2023, una cartera de 60/40 en acciones y bonos entregó su tercer mejor rendimiento bimestral en al menos tres décadas. ¿El detonante? Una disminución adicional en la inflación de EE. UU. y un "giro dovish" del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.

¿El resultado? Las acciones estadounidenses están cerca de sus máximos históricos y los bonos del Tesoro a 10 años de EE. UU. se negocian con rendimientos casi 100 puntos base por debajo de sus picos de octubre.

Después de estos movimientos, las preguntas que se hacen los inversionistas se centran en tres temas:

¿Pueden los mercados de bonos y acciones seguir subiendo en 2024?
¿Cómo debemos dirigir los portafolios a través del próximo cambio en el ciclo de tasas?
¿Cómo considerar los riesgos políticos y geopolíticos que enfrentamos en los próximos meses?

Nuestras perspectivas en resumen

Creemos que hay más potencial de alza tanto para los mercados de bonos como para los de acciones. Nuestro escenario base es un aterrizaje suave. Tasas de interés más bajas, crecimiento económico positivo (aunque en desaceleración) y un aumento en las ganancias corporativas deberían apoyar una subida adicional y modesta en las acciones.
También pensamos que los rendimientos de los bonos a largo plazo pueden disminuir aún más, ya que las tasas reales a largo plazo todavía están por encima de la tasa neutral real estimada por el Fed, en nuestra opinión. Favorecemos los bonos desde una perspectiva ajustada al riesgo.
Las tasas de interés más bajas reducirán los retornos e incrementarán los riesgos de reinversión para los inversionistas en efectivo y en mercados monetarios. Creemos que ahora es el momento para que los inversionistas reequilibren sus portafolios. Vemos beneficios tanto tácticos como estratégicos en trasladar los portafolios desde el efectivo hacia bonos y acciones.
La geopolítica probablemente seguirá siendo prominente, pero pensamos que es importante separar las decisiones de inversión amplias de la política. No esperamos que la reciente escalada en Oriente Medio tenga un impacto mayor en la inflación global, aunque podría agregar volatilidad al mercado a corto plazo.
También notamos que las elecciones en EE. UU. históricamente no han tenido un impacto decisivo en los mercados amplios, aunque la presencia de las elecciones de noviembre está contribuyendo a la especulación de los inversionistas de que la Fed podría iniciar el ciclo de reducción de tasas antes.

¿Cómo posicionarse?

Mantenemos una postura positiva sobre la renta fija de calidad. En acciones, nos enfocamos en títulos de calidad que deberían estar bien posicionados en un entorno de crecimiento económico más lento gracias a sus balances sólidos, alta rentabilidad y un perfil de ganancias resiliente.
Nos gusta el sector tecnológico de EE. UU., que se alinea con nuestra preferencia por la calidad y ofrece exposición a tendencias disruptivas convincentes como la inteligencia artificial.
Además, vemos oportunidades tácticas en áreas del mercado de acciones que probablemente serían beneficiarios particulares de un escenario “Ricitos de Oro” de crecimiento más rápido, inflación más baja y cortes preventivos de tasas por parte de la Fed — y que también se desempeñarían bien en nuestro escenario base. Por ejemplo, esperaríamos que las acciones de mercados emergentes y las de pequeña capitalización en EE. UU. y Europa, se desempeñen bien en ambos escenarios.

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