Invirtiendo en México: Las elecciones y el difícil legado fiscal

A continuación, describimos los escenarios electorales que prevemos y la posible reacción del mercado:

• Moderación (60% de probabilidad)
  A pesar de la amplia ventaja de la Sra. Sheinbaum en las encuestas, la transmisión del voto presidencial al Congreso no es una relación uno a uno, debido a los métodos utilizados para la asignación de escaños. Nuestro escenario básico es que la oposición alcance la mayoría en al menos una cámara del Congreso. La campaña de Sheinbaum se basa en un programa que hace hincapié en cierto grado de continuidad política, aunque apunta a una mayor flexibilidad en algunas áreas clave.
  La reacción prevista del mercado sería neutral. Si la oposición alcanza la mayoría en al menos una cámara del Congreso, se limitaría la capacidad de Morena para aprobar leyes sin pactar con los demás partidos.

• Concentración de poder (30% de probabilidad)
  Si Morena gana con una amplia mayoría en el Congreso, las facciones más radicales del partido podrían influir considerablemente para impulsar una agenda disruptiva, como reformas del poder judicial, del instituto nacional electoral y del sistema de pensiones.
  La reacción prevista del mercado sería negativa. El mercado vería mal una victoria abrumadora de Morena, ya que facilitaría la aprobación de gran parte de las propuestas legislativas para cambiar la Constitución y afectaría al sistema de mecanismos de control y equilibrio del país.

• Gobierno orientado a los inversores (10% de probabilidad)
  Si la oposición gana y alcanza la mayoría en al menos una cámara del Congreso, la confianza del sector privado mejoraría en medio de un menor riesgo regulatorio. Un gobierno de Gálvez probablemente aplicaría políticas más favorables para el mercado y se esforzaría por garantizar la seguridad jurídica de las inversiones.
  La reacción prevista del mercado sería positiva. El programa de la Sra. Gálvez es favorable a las empresas. La pregunta que nos hacemos es hasta qué punto un panorama político dividido, con la mayoría de los gobiernos locales controlados por Morena, permitiría la reforma.