Las elecciones estadounidenses pueden tener importantes repercusiones para los inversionistas que no pueden ignorarse. Sin embargo, extrapolar conclusiones de inversión a partir de las encuestas —o incluso de los resultados electorales— no es sencillo y es mejor dejárselo a los profesionales. Los datos registrados desde 1928 indican que, durante los años electorales, los mercados no suelen comportarse ni mejor ni peor que la media. Del mismo modo, la rentabilidad del S&P 500 no parece verse afectada en función del partido que gane la presidencia. Nuestra conclusión es que las decisiones sobre la cartera a largo plazo deberían ser apolíticas .

CIO Tutorial

¿Cómo deben responder los inversionistas a las elecciones en los Estados Unidos?

Q: ¿Qué significa esto para los inversionistas?

Lección 1: Hay que pensar a nivel local Un candidato puede ganar las elecciones nacionales sin obtener la mayoría del voto popular nacional. Por eso las encuestas nacionales pueden ser muy engañosas. En su lugar, los inversionistas deberían enfocarse en los estados pendulares para tener una mejor perspectiva de quién se convertirá en presidente. Cualquier decisión de inversión basada en encuestas nacionales tiene una mayor probabilidad de resultar contraproducente. Lección 2: No se precipite Aunque las elecciones presidenciales se celebran en noviembre, los expertos en política y los inversionistas suelen empezar a hacer predicciones con confianza desde la primavera. La historia indica que esto es un error. Lección 3: El Congreso también es importante Al hablar de cuestiones internas, los presidentes estadounidenses están limitados por los actos legislativos del Congreso. Como consecuencia, las leyes económicas o sociales de envergadura tienden a aprobarse solo cuando un partido se asegura el control tanto de la Casa Blanca como de las dos cámaras del Congreso: la Cámara de Representantes y el Senado. Esto significa que los inversionistas no deben reaccionar de forma exagerada basándose solo en el resultado de la carrera presidencial. Lección 4: Los partidos tienen más en común de lo que admiten Existen diferencias significativas entre las políticas de ambos partidos, aun así, es posible que esta brecha sea exagerada. La política gubernamental puede repercutir, como de hecho lo hace, en una amplia gama de sectores, desde el energético y el financiero hasta el de salud y el tecnológico. Pero la suerte de estos sectores depende de muchas otras fuerzas. Por eso, los inversionistas pueden equivocarse al adoptar un enfoque demasiado simplista de los llamados sectores «rojo» y «azul».

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19 mar. 2024 4 minutos de lectura

En este informe, analizamos características clave del sistema democrático estadounidense para guiarlo hacia mejores decisiones de inversión de cara al proceso electoral.

Perspectivas de inversión

Las decisiones de inversión exitosas no pueden basarse directamente en resultados electorales

¿Cómo funcionan las elecciones en Estados Unidos?

Las elecciones comienzan con que los miembros de los principales partidos estadounidenses eligen a sus candidatos.
El resultado no lo determina el voto popular directo. En su lugar, el presidente es elegido por el colegio electoral. Cada uno de los estados de EE. UU. tiene un determinado número de votos en este colegio. Dicho número es más o menos proporcional a su población.
La gran mayoría de los estados tienen un sistema en el que «el ganador se lo lleva todo», es decir, el candidato ganador obtiene todos los votos electorales, aunque haya ganado por un estrechísimo margen. Para asegurarse la presidencia, un candidato necesita 270 votos del colegio electoral. Una vez alcanzada esta marca, el presidente recién elegido no toma posesión de su cargo hasta el veinte de enero del año siguiente.

¿Qué significa esto para los inversionistas?

Lección 1: Hay que pensar a nivel local
Un candidato puede ganar las elecciones nacionales sin obtener la mayoría del voto popular nacional. Por eso las encuestas nacionales pueden ser muy engañosas. En su lugar, los inversionistas deberían enfocarse en los estados pendulares para tener una mejor perspectiva de quién se convertirá en presidente. Cualquier decisión de inversión basada en encuestas nacionales tiene una mayor probabilidad de resultar contraproducente.
Lección 2: No se precipite
Aunque las elecciones presidenciales se celebran en noviembre, los expertos en política y los inversionistas suelen empezar a hacer predicciones con confianza desde la primavera. La historia indica que esto es un error.
Lección 3: El Congreso también es importante
Al hablar de cuestiones internas, los presidentes estadounidenses están limitados por los actos legislativos del Congreso. Como consecuencia, las leyes económicas o sociales de envergadura tienden a aprobarse solo cuando un partido se asegura el control tanto de la Casa Blanca como de las dos cámaras del Congreso: la Cámara de Representantes y el Senado. Esto significa que los inversionistas no deben reaccionar de forma exagerada basándose solo en el resultado de la carrera presidencial.
Lección 4: Los partidos tienen más en común de lo que admiten
Existen diferencias significativas entre las políticas de ambos partidos, aun así, es posible que esta brecha sea exagerada. La política gubernamental puede repercutir, como de hecho lo hace, en una amplia gama de sectores, desde el energético y el financiero hasta el de salud y el tecnológico. Pero la suerte de estos sectores depende de muchas otras fuerzas. Por eso, los inversionistas pueden equivocarse al adoptar un enfoque demasiado simplista de los llamados sectores «rojo» y «azul».

En conclusión

Las elecciones estadounidenses pueden tener importantes repercusiones para los inversionistas que no pueden ignorarse. Sin embargo, extrapolar conclusiones de inversión a partir de las encuestas —o incluso de los resultados electorales— no es sencillo y es mejor dejárselo a los profesionales.
Los datos registrados desde 1928 indican que, durante los años electorales, los mercados no suelen comportarse ni mejor ni peor que la media. Del mismo modo, la rentabilidad del S&P 500 no parece verse afectada en función del partido que gane la presidencia. Nuestra conclusión es que las decisiones sobre la cartera a largo plazo deberían ser apolíticas.