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Temas de inversión: inversiones de factor beta
Obtener exposición a factores de renta variable sistemática

UBS Asset Management ofrece actualmente una amplia gama de fondos cotizados (ETFs) que proporcionan acceso a índices de sectores de renta variable desarrollados por el proveedor líder de índices financieros MSCI. Esta gama única de ETFs de factores tiene como objetivo dotar a los inversores de herramientas para bascular las estrategias de su cartera hacia los factores dentro de modelos de asignación de activos tácticos o estratégicos.
El fenómeno de la inversión por factores (también conocida como inversión ‘smart beta’ o inversión ‘alternative beta’) ha acaparado mucha atención por parte de los inversores y los medios. La inversión por factores ha sido analizada de forma continua desde la década de los setenta, por parte de analistas académicos que identificaban que el valor, la calidad, la baja volatilidad y la rentabilidad tienden a mostrar un mejor comportamiento que el mercado a largo plazo. Se pueden encontrar diferentes explicaciones en la bibliografía, que abarcan desde la economía conductual a las finanzas corporativas o la modelización estadística. De hecho, muchos estudios documentan que las estrategias de inversión basadas en estos factores habrían batido al World Index. En esencia, el factor puede considerarse como una característica consistente que es clave para explicar el perfil de riesgo y retorno de un grupo de valores relacionados. El periodo de cuatro décadas de mejor comportamiento de los índices de factores MSCI demuestra que se han producido primas de factores consistentes y persistentes. Pero también muestra que las estrategias basadas en factores se han corregido constantemente a lo largo del tiempo (por ejemplo, los periodos de mejor comportamiento relativo se combinan con periodos de peor rendimiento), indicando que nada es totalmente gratuito. Los diferentes comportamientos de cada uno de los siguientes factores deberían llevar a los inversores a considerar una amplia gama de oportunidades de inversión en factores en sus carteras. La exitosa implementación de una inversión por factores requiere entender de forma detallada de qué se trata: el potencial alcista así como los riesgos de caída. El gráfico 1 muestra el posicionamiento de la inversión por factores destacando su presencia entre el beta del mercado y el alfa puro. La inversión por factores consiste en realidad en obtener exposición a estrategias transparentes, de alta capacidad y basadas en reglas, donde los valores seleccionados cumplen determinados criterios de elegibilidad y son ponderados de forma proporcional a la exposición del factor, por ejemplo las acciones value reciben un mayor peso en los índices con menores ratios de valoración. Estas estrategias están normalmente poco representadas y se alejan del mercado, por lo que los inversores pueden beneficiarse de la diversificación, pero también hacen frente a otros riesgos relacionados con los factores.
Gráfico 1: Posicionamiento de Factor Beta

Un índice ponderado por la capitalización del mercado (beta de mercado o market beta) refleja el conjunto de oportunidades disponibles para invertir en renta variable. Si un inversor desea entender cómo se comporta el mercado de renta variable, la mejor medida es el índice de referencia ponderado por capitalización de mercado. La cartera market beta es también un índice de referencia natural para otras estrategias, incluyendo la inversión por factores o las inversiones alfa puro. El verdadero ADN de la inversión por factores es ofrecer un sesgo alejada de los índices de referencia ponderados por capitalización de mercado, siguiendo un proceso de selección de acciones estandarizado, disciplinado, transparente y basado en reglas. El gráfico 2 muestra el verdadero proceso multi-etapa requerido para la construcción de un índice expuesto a factores. Este proceso define una construcción rigurosa de la cartera, incluyendo los mejores valores para la exposición al factor. Los cuatro principales factores de exposición demandados por los inversores son rendimiento, rentabilidad, baja volatilidad, valor y calidad. Estas estrategias tienen por un lado un atractivo muy intuitivo y, por otra parte, han sido muy analizadas y están respaldadas por estudios empíricos en la bibliografía financiera. Por ejemplo, la estrategia de rendimiento total a los accionistas ayuda a seleccionar aquellas compañías que devuelven el capital a sus accionistas ya sea a través del pago de dividendos o del programa de recompra de acciones. Para lograr este objetivo, esta estrategia de factor monitorizará el universo completo de valores que de forma consistente ofrecen valor a sus accionistas. Posteriormente, se clasificará a las empresas teniendo en cuenta la rentabilidad de los accionistas, seleccionando las principales empresas que cumplan determinados umbrales y, finalmente, la estrategia sobreponderará las mejores acciones en la generación de valor para los accionistas.
Gráfico 2: Indexación de índices por factores

La adición de alternative beta a la cartera requiere una mejor comprensión de las exposiciones de los factores y de sus características. Cada estrategia por factores tiene su propio objetivo que determina su aplicación en la cartera.
Valor: El factor de valor busca acciones relativamente infravaloradas según los indicadores de los fundamentales de la empresa (ratio valor en libros, ratio precio-beneficio, ratio precio de venta). Numerosos estudios han demostrado que las acciones value tienden a tener un mejor comportamiento que sus pares a largo plazo. Esta mejor evolución puede explicarse por el hecho de que los inversores value asumen un riesgo adicional al invertir en acciones más baratas, y esperan mayores retornos por el riesgo asumido. Las acciones value se demandan principalmente cuando los mercados financieros experimentan valoraciones descompensadas.
Volatilidad: El factor de baja volatilidad selecciona compañías cuya variación del precio de mercado es baja y, por tanto, ayuda a reducir el riesgo de volatilidad de la cartera. Las compañías de baja volatilidad tienden a tener un mejor comportamiento que las acciones de elevada volatilidad; esto se conoce como ‘la anomalía de la baja volatilidad’, ya que contradice la creencia financiera convencional de la compensación riesgo-retorno. Sin embargo, las acciones de baja volatilidad son altamente demandadas cuando aumenta la incertidumbre en los mercados financieros, lo que lleva a un comportamiento de mercado más sólido.
Calidad: El factor de calidad ofrece exposición a una cartera de acciones estables. Las compañías de calidad se caracterizan por modelos de negocio duraderos que deberían mantener su rentabilidad, independientemente del ciclo de mercado. Además, las acciones de calidad tienden a tener variaciones pequeñas en los beneficios, como por ejemplo las utilities/servicios públicos. Las acciones de alta calidad, seleccionadas por criterios contables (por ejemplo, margen de beneficios, crecimiento de los beneficios, rendimientos de capital, deuda frente al capital), tienden a superar a las de baja calidad a largo plazo. Tienen mayor demanda cuando se espera que los mercados financieros experimenten turbulencias.
Rendimiento: Las estrategias de rendimiento están diseñadas para capturar el rendimiento de las empresas que devuelven un importe superior a la media a los accionistas ya sea mediante el pago de dividendos o mediante recompras de acciones. El exceso de efectivo puede ser reinvertido para financiar el crecimiento adicional de la compañía o puede ser parcialmente compartido con sus accionistas. Muchas estrategias enfocadas en el rendimiento seleccionan compañías que tienen ratios de pago equilibrados y han demostrado generar un valor consistente para los accionistas a largo plazo.
Cada estrategia de factor supone la exposición a fuentes sistemáticas de riesgo expresadas a través del factor de puntuación (load 2). El gráfico 3 muestra las puntuaciones históricas de los factores de los cuatro índices de factores. Esta tabla es una forma estándar de evaluar las puntuaciones por factor de determinadas estrategias. En este marco, todo inversor debe primero evaluar el papel de la inversión por factores y lo que pretende lograr a través de la inversión. Por ejemplo, las empresas de calidad tienen un sesgo negativo relativo hacia el apalancamiento financiero definido como el ratio deuda-capital. Esto implica que las empresas de calidad utilizan un nivel relativamente bajo de deuda para financiar operaciones, inversiones y actividades empresariales. Aunque las empresas altamente endeudadas pueden tener potencial para generar beneficios más elevados en una economía expansiva, posteriormente el coste de financiar la deuda podría volverse excesivamente alto durante una etapa de recesión económica.
Fuente. Barra. UBS Asset Management. Sólo como ejemplo ilustrativo

Durante muchos años, las estrategias de inversión basadas en factores no han sido demasiado accesibles y han sido casi exclusivas para un pequeño grupo de inversores. El reciente aumento del interés y la demanda ha propiciado que muchas de las estrategias por factores se hayan vuelto “indexadas” y los proveedores de índices ampliamente reconocidos (ejemplo: FTSE, MSCI, STOXX etc.) han creado índices por factores replicables. Con el crecimiento de las inversiones pasivas (por ejemplo, los fondos cotizados), el acceso al valor, la volatilidad, la calidad y el rendimiento nunca ha sido tan fácil como hoy, y hay muchas buenas razones para considerarlos como una aportación para la cartera (consultar el resumen del gráfico 4). Tradicionalmente, la asignación de la cartera ha sido definida con un enfoque core-satélite, donde la exposición core estaba cubierta por las carteras market beta y las inversiones satélites por las inversiones alfa. Al surgir los índices por factores, se ha desarrollado el nuevo enfoque de inversión core-factor-satélite, a través del que se puede acceder a la inversión en índices por factores. La implementación de la inversión por factores se rige normalmente por las restricciones del inversor (presupuestos de riesgo, horizonte de inversión, costes, etc.) y puede variar entre una asignación dinámica (retornos y riesgos más elevados), una asignación defensiva (rendimientos moderados y menores riesgos) o una asignación equilibrada (entre medias).
Gráfico 4: Asignación de activos Core-Factor-Satélite

El marco core-factor-satélite ofrece varias maneras de implementar la asignación de factores en una cartera. Las implementaciones pueden centrarse en añadir un factor preferido o combinar dos o más factores además del market beta, como muestra el gráfico 5. La exposición a factores difiere en sus propiedades y comportamiento durante las diferentes fases del ciclo corporativo. Por ejemplo, el valor y el rendimiento son más procíclicos, mientras que la baja volatilidad y la calidad son más contracíclicos. Lo más importante, en relación a la diversificación, la combinación de factores históricamente podría haber ayudado a compensar el riesgo de caídas o podría haber ayudado a lograr una mayor participación en mercados alcistas. Las estrategias multifactores han demostrado históricamente cuatro beneficios principales: diversificación, transparencia, eficiencia de costes y flexibilidad. En general, la implementación de la inversión por factores depende de los objetivos del inversor y sus restricciones.
Gráfico 5: Ejemplos de inversiones basadas en factores

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